El Gobierno de México y Carso, IEnova y TC Energy, empresas constructoras de gasoductos para la Comisión Federal de Electricidad (CFE) llegaron a un acuerdo por el cual la administración federal ahorrará 4 mil 500 millones de dólares, aseguró este martes el presidente Andrés Manuel López Obrador.
“Quiero señalar o subrayar que esto fue posible por la voluntad, la disposición al diálogo de los empresarios. Legalmente ya se habían firmado los contratos, ya se habían acordado condiciones que nosotros consideramos dañinas para la Hacienda pública, y por eso se acudió a los dueños de las empresas para que, haciendo a un lado los compromisos legales, se llegara a un acuerdo en beneficio de todos", dijo.
López Obrador destacó la voluntad del empresario Carlos Slim en las negociaciones, pues "fue el primero en llegar a un acuerdo con la comisión", así como la participación de Carlos Salazar Lomelín y Antonio del Valle, presidentes del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) y el Consejo Mexicano de Negocios (CMN).
El presidente del CCE confirmó la cifra dada por López Obrador sobre que el proceso de negociación con las empresas concluyó con un ahorro de 4 mil 5oo millones de dólares para el Gobierno.
Sobre el proceso de renegociación con Fermaca, este sigue vigente, agregó el mandatario.
El acuerdo permitirá la comercialización de 8 mil 200 millones de pies cúbicos de gas natural al día, señaló Manuel Bartlett, director de la CFE.
Bartlett agregó que, en consecuencia, el primer canal de distribución que entrará en operación después de este anuncio será el ducto Sur de Texas-Tuxpan, que llevará el producto a la zona Golfo y centro de México.
El conflicto entre la Comisión Federal de Electricidad y Carso, IEnova, TC Energy y Fermaca data desde febrero de este año, cuando Bartlett señaló que los contratos con esas empresas generaban daños a las arcas de la empresa.
El directivo dijo que se firmaban contratos “realmente leoninos” en los cuales los constructores privados tienen que pagar todo el tránsito de la construcción de los ductos, pero por cualquier caso de fuerza mayor que impida la construcción obliga a la CFE una pena como si estuviera recibiendo el gas sin recibirlo.
Los contratos de compra garantizada de suministro de gas, donde la empresa de servicios públicos paga la factura ya sea que obtenga o no el combustible, no es infrecuente como un medio para garantizar a desarrolladores de tuberías que sus inversiones valdrán la pena.
Los retrasos en la construcción —los operadores dicen que no fue su culpa— significaron que México comenzó a pagar los envíos incluso cuando el gas no fluía.
Por esta situación, la CFE presentó en julio seis reclamaciones de arbitraje preliminares en Londres y una en París dirigidas a gasoductos de gas natural en construcción, entre otros.
En su momento, Bartlett señaló se había tomado esta decisión porque dichas empresas habían entablado primero procesos de arbitraje en el extranjero.
Esta afirmación fue negada por el embajador de Canadá en México, quien remarcó que las compañías, entre las que se encuentra la canadiense TC Energy, en realidad lo que habían buscado eran amparos.
Los gasoductos son una salida importante para una gran cantidad de gas producido en Estados Unidos, y México necesita las importaciones de combustibles fósiles para generar energía para hogares y fábricas, ya que sus antiguos campos no producen lo suficiente para satisfacer la demanda.
Las importaciones del país de gas estadounidense a través de gasoductos se ha más que cuadruplicado desde finales de 2013, a más de 5 mil millones de pies cúbicos por día, según datos recopilados por Bloomberg.
por: elfinanciero.com.mx
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