Con la versión 1.0, la compañía Microsoft sacó al mercado un sistema operativo para ordenadores personales cuyo concepto era muy novedoso. Pequeña revolución tecnológica, su progresiva facilidad de manejo supuso el despegue paulatino de la empresa en el mercado, pues su sistema empezó a ser el preferido de los consumidores usuarios.
Fue el 20 de noviembre de 1985 cuando la compañía fundada por Bill Gates lanzó su primer sistema operativo basado en ventanas. Lo hizo con un año de retraso según sus previsiones, siendo sustituida al poco tiempo por la versión 1.01 para subsanar un fallo grave en la inicial.
Pero el acontecimiento supuso un hito que devino en la ulterior popularización del mundo de la informática; fue clave para que un ámbito restringido a un número muy reducido de personas que además eran expertas en la materia, fuera ampliándose cada vez más, hasta irrumpir de lleno en los hogares y en manos profanas. Esta primera versión era poco funcional, no era un sistema operativo completo, sino una especie más visual del sistema MS-DOS, pero marcaba un camino para prescindir del uso de comandos. 'Tienes lo que ves', tal podía ser el principio.
A diferencia de hoy, cuando Windows es un sistema operativo en sí mismo, independiente, en 1985 su primera versión utilizaba el kernel de MS-DOS. Es decir, utilizaba el núcleo del sistema operativo de este para que el software comunicara con el hardware de la computadora. En general, el Windows 1.0 funcionaba como una especie de programa que tenía que ejecutarse sobre el MS-DOS.
Costaba 99 dólares
Al cambio actual, es un precio similar al de una licencia para instalar Windows 10, la versión más moderna. Pero si el coste era equiparable, los requisitos mínimos de instalación de Windows 1.01 pueden provocar risa hoy en día.
Para poder ejecutarlo, tan solo se necesitaban 320 KB de memoria RAM libre. El paquete incluía cinco disquetes de 5,25 pulgadas de 360 KB cada uno que había que instalar mediante MS-DOS (o sea, con comandos). Soportaba las primeras tarjetas gráficas del mercado (EGA, CGA, Hércules) y reconocía hasta 19 impresoras diferentes. En sus ventanas podían abrirse imágenes en mapa de bits. Tuvo soporte durante algo más de 16 años, hasta el 31 de diciembre de 2001, pero antes, en noviembre de 1987, fue relegado por la versión 2.0 y luego por la 2.03, donde se incluían algunas utilidades ofimáticas y las ventanas ya podían solaparse.
Una historia de éxito
Windows es el sistema operativo para ordenadores personales más popular y utilizado del mundo. Algo más de 7 de cada 10 computadoras lo tienen instalado, hasta un 76,66% en el caso de España, donde los sistemas macOS y Linux prácticamente se reparten el resto: el 18,75% y 1,9% respectivamente.
Pero no fue hasta 1990 cuando Microsoft empezó a popularizar su sistema operativo con las versiones 3.0 y, sobre todo, la 3.1. Era plenamente funcional e incluía aplicaciones ofimáticas integradas, aparte de un kit para desarrolladores con el que poder crear otras más avanzadas. La estrategia de Microsoft pasó por mejorar los paquetes integrados de procesadores de textos, hojas de cálculo y bases de datos. Word Star, Word Perfect, Lotus y Simphony quedaron atrás. Windows incluía un nuevo lenguaje de programación, el Visual Basic, y brindaba las herramientas ofimáticas Word y Excel, acaparando desde entonces el mercado de la ofimática.
Treinta años después, la interfaz gráfica de Windows 3.1 es muy reconocible. Y tuvo un gran éxito comercial; vendió alrededor de dos millones de copias en apenas unos meses. La versión 3.1 incluía un juego que marcó época y que siguió sirviéndose con las siguientes versiones: el buscaminas.
Y también de fracasos
Cinco años después, el éxito arrollador de Windows 95, con una arquitectura ya de 32 bits, se distinguió por aportar dos elementos que perviven en la actualidad: la barra de tareas y el menú Inicio. La otra gran característica fue la inclusión del navegador Internet Explorer.
Pero el sistema operativo de Microsoft también experimentó duros reveses. En 2007, Windows Vista no agradó a la mayoría de usuarios. Pese a presentar una interfaz muy atractiva, resultó problemática en equipos no demasiado potentes; la computadora se volvía lenta, con lo que las novedades gráficas perdían sentido. Además, era poco segura y el uso de programas antivirus se intensificó. Este fiasco tal vez fue consecuencia de intentar mejorar la excelente versión anterior: Windows XP.
Lanzada en 2001, Windows XP gozó de soporte extendido hasta 2014, y fue la competencia interna a las siguientes versiones de Windows, pues duró mucho más tiempo del que Microsoft previó. El XP era veloz, incluía ya soporte para redes WiFi, podía recibir asistencia remota y funcionaba a 64 bits. Fue la entrada a lo grande de Windows en el siglo XXI.
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