Quiero reflexionar con ustedes sobre un tema que me llama mucho la atención: El abandono paterno.
Por qué muchos hombres abandonan a sus hijos? qué les hace actuar de esa manera? qué piensan? por qué lo hacen? qué los motiva a tener esa conducta?
Partamos de la palabra "abandonar" en el caso de abandonar a un hijo se dice que denota desatención premeditada de marcharse sin intención de volver. Pero hablaré sobre todo de esos padres que abandonan a sus hijos dejándoles con las madres, no de los hijos que son abandonados totalmente, es decir, para ser adoptados por otros, ese es otro tema.
Padres que huyen al saber que serán padres, que al ser notificados de la noticia de un embarazo se escapan de su responsabilidad, negando al hijo o simplemente escapando de dar la cara. También de los padres que aunque estén casados, también se marchan ya sea por divorcio o no, los que no están casados y procrean hijos de una relación de pareja, o de una relación casual, o de una aventura accidental. Estos hombres escapan dejando atrás a sus hijos, a esos hijos que han procreado con una mujer a la cual estuvieron unidos por algún lazo afectivo o pasional.
Es fácil decir que el "hijo no es mio", es una opción muy simplista esa, de excusar su mal proceder diciendo que no es el padre del niño, dando a entender por otro lado que la mujer con la que él estaba en una relación es una prostituta que encontró en un burdel, en la calle o debajo de un puente, no digo que algunas mujeres no traten de engañar a la pareja con una mentira, pero no es de esos casos de los que deseo hablar, sino de los casos en que las mujeres son honestas y dicen la verdad. Hoy día existe la prueba de ADN que comprueba la paternidad de modo fácil, pero no todos los hombres están dispuestos a hacersela, porque eso les echaría al traste con su mentira, y quedarían en evidencia, es mejor seguir negando la paternidad para de ese modo poder ampararse y sentirse menos miserables y culpables.
Otros padres no dudan de su paternidad pero son igualmente unos abandonadores de sus hijos, se enamoran de otra mujer y se marchan dejando atrás a sus hijos pequeños sin importarles si les ven de nuevo o no, otros se marchan dejando a la esposa embarazada y nunca se preocupan de saber qué fue de ese hijo/a.
Otros reconocen a unos hijos y niegan a otros, pero a todos los abandonan en cierto modo, esos son los peores, porque son los que quieren ser sólo de nombre y a veces, sin asumir ninguna responsabilidad económica por sus hijos, y menos afectiva.
Si los hombres supieran el mal que le hacen a sus hijos abandonados, si supieran antes de abandonarlos el vacio que se le crea en el corazón a un niño que crece sin padre, si supieran la influencia negativa que eso produce en el alma de un niño en crecimiento, lo que les repercute de adultos en su vida afectiva, sexual, en su autoestima, en su modo de ver la vida y las relaciones. Si supieran lo qué siente un niño cuando llega el día del padre y debe hacer una tarjeta en la escuela para su papá y decir delante de todos sus compañeros que él no tiene papá, que no lo conoce o que le abandonó, es algo terrible, las secuelas de ésto no se borran en la vida. Es entonces cuando la figura del tío, del abuelo o de un familiar cercano suple en cierto modo ésta falta pero no es nunca lo mismo que la del padre amoroso y presente.
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